La mayoría de mis estudiantes muestran un interés particular por pintar el rostro humano. Lo primero que el estudiante debe comprender es que no importa lo que tengamos en frente de nosotros, no vamos a pintar cosas. El pintor pinta cosas, el artista pinta pinturas. Lo que quiere decir esto es que cuando estamos en el proceso de pintar algo, no estamos pensando en que estamos pintando un árbol, una fruta, una roca, un ojo o una naríz. Los pintores que piensan de esta manera nunca llegan a pintar como lo hacen los artistas porque están pensando en lo “material” del asunto y se quedan en lo “frío” y elemental. No se aprende a pintar estas cosas, se aprende a pintar y punto.
Estoy seguro que si el estudiante primero practica por algún tiempo, realizando grisallas monocromáticas con un color oscuro, como “burnt umber” (sombra de tierra quemada) y blanco puede comenzar a pensar como piensa un artista. Desde luego, también sé que el estudiante quiere comenzar a trabajar con el color lo antes possible. Por eso propongo esta estrategia con la cual se empezará a ver las cosas en términos del lenguaje plástico.
Comienza pintando un autoretrato mirándote en un espejo. Intenta simplificar los tonos/valores y colores como si fueran pedazos de un “rompecabezas”. Observa las líneas que yo he puesto en la imagen de arriba. He dibujado estas líneas solamente para que usted vea a lo que me refiero. No dibuje estas líneas. Al observar tu rostro detenidamente debes “promediar” la forma de cada pedazo del “rompecabezas” viendo diferencias en tonos/valores y colores, como se pueden ver en la imagen superior.
Selecciona un “pedazo” y mezcla el color aproximado (no tiene que ser exacto) pero es importante que el tono/valor (cuan claro u oscuro) del “pedazo” que hayas seleccionado esté bastante correcto. Puedes errar bastante en el color pero no así en el tono o valor. Pon la forma del “pedazo” que vistes en el lugar correcto. Ver estos “pedazos” del “rompecabezas” toma alguna práctica pero con perseverancia puedes lograrlo.
Luego de poner los “pedazos”, se deben observar los contornos, (las conecciones entre los “pedazos”). Me refiero a cuán lento (suave) o rápido (duro) cambia el color de un “pedazo” al color de otro pedazo adjacente. Por ejemplo, en la imagen superior, el “pedazo” de color naranja claro (en el pómulo) tiene un contorno suave cuando se encuentra con el lado de la cara que tiene un “pedazo” más rojizo. Para lograr este contorno, arrastra el pincel (sin pintura) entre los dos pedazos.
Si sigues este método sin pensar en las “cosas” y solamente pensando en este “lenguaje plástico” que he explicado, te garantizo que como por arte de magia obtendrás una imagen de la “cosa”. El pintor pinta cosas, el artista pinta pinturas. Para tu referencia, puedes ver también algunas mezclas de colores que hice sobre la propia tela.
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