Fermi (Barcelona, 1999) tiene para todos vosotros un disco muy especial. Hecho con sinceridad absoluta, naturalidad alejada de toda pose y donde lo importante son las canciones. Para él siempre lo han sido, tanto en los discos que ha publicado junto a su hermana Conxita en el grupo TRONCO, como ahora en su nueva y valiente aventura en solitario.
Canciones que bullen de efervescencia juvenil y los sentimientos que en esos años se viven tan intensamente: desde los primeros desamores en "Tres coses sé" a la importancia de los amigos ("Amigos"), fundamentales en los años donde todo pasa y tienes el mundo por delante, y aquí Fermí se ha rodeado de muchos amigos, desde Laura de Doble Pletina como instrumentista a Jose Ignacio Martorell (Jonston) a la produccion, y, por supuesto, su hermana Conxita con el arte del disco.
En "Bon vent i barca nova"¸ canción que abre este debut, hace un alegato en contra el bullying escolar, que, tristemente, el propio Fermi conoce demasiado bien en primera persona. Acompañado de su guitarra, como los cantautores que tanto admira, nos presenta nueve composiciones emocionantes, algunas de ellas en catalán, otras en castellano, los dos idiomas con los que convive, donde despliega un talento inaudito tanto en lo lírico como en lo sonoro para alguien de tan sólo veintidós años. Del pop a la habanera en cuestión de minutos y, de repente, armonías vocales en "Desesperado" que harían aplaudir hasta al mismísimo Brian Wilson.
Esta semana trae su magia a casa, al Prat de Llobregat, en un concierto que se prevee inolvidable. Por las razones habituales y por ser la noche en que debuta el Dream Team, la banda que acompañará a Fermi de ahora en adelante. Que no te lo cuenten...
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